Correr como si fuera el último día

02.12.2017

Llegar a darse cuenta de la importancia y el valor que tiene la atención en cualquier vivencia, te lleva a percibir el mundo con otra perspectiva, sería parecido a creer que se ha estado viviendo en un mundo paralelo hasta el momento. Descubrir su naturaleza esencial de una conciencia plena y darse cuenta que según se maneje en el mundo, se puede convertir en un estado mental, que te dirige al encuentro de la naturaleza del ser, de "quien eres" realmente, del "por qué" de la existencia. 

Paradójicamente, anterior a esta experiencia no significa que no se preste atención, también lo hacemos. De igual manera nos conocemos y proyectamos la atención a través de la voluntad, la diferencia radica en el nivel de conciencia con el que se realiza, desde la superficialidad o la profundidad. La primera forma sería como transitar la vida desde una superficie de mar, donde se percibe el mundo a través del golpe de olas encrestadas y de las tempestades que en ella se originen, o, el otro acceso de conciencia, sería hacerlo buceando en la profundidad del mar donde predomina la quietud y las posibilidades de mirar a través de él. Desde la voluntad que conocemos, tampoco es posible alcanzar la profundidad de la atención y la conciencia a la que me refiero. La elaboración ordinaria e intelectual de la voluntad y la compresión que tenemos de las propias necesidades, no hacen más que confundirnos y hacernos creer que estamos lo suficientemente armados para poder enfrentar el mundo de las formas y de los fraccionamientos que hacemos de la vida, a base de una voluntad construida por la fuerza bruta de buscar algún elemento, una meta o una marca personal.

El "instinto de voluntad" para adquirir una conciencia plena de la vida, podríamos asemejarla a la definición del "instinto de "amor". No existen palabras que puedan significar algo tan grande como estos dos movimientos del Ser. A lo mucho podríamos reconocer alguno de sus síntomas ante la pregunta; ¿como sabrías que sientes amor? o de ¿que esta hecha el sentimiento de plenitud de un corredor de montaña o un escalador?. Todos los intentos para ser comprendido por alguien que no lo ha experimentado, serían estériles. Tales concepciones no tienen representación en el consciente ordinario, sino que es en el subconsciente, al que no tenemos acceso racional, donde se evocan los elementos más poderosos que hablan de ellos y, al que tenemos la posibilidad de acceso a través del desarrollo de los procesos de "atención".

Atender en la práctica deportiva, elimina toda fantasía de reconocimientos, ambiciones o exigencias, aparece como un estado de continuidad mental. Como representación de una clara experiencia de continuidad existe la "devoción" y el "amor". Son estados de continuidad en el fondo de nuestro ser que se sienten sin fraccionamiento. No importa el tipo de acción o de experiencia que se realice, hay un foco profundo de atención a ellos.

Hablo de un tipo de fondo continuo seguramente parecido como cuando a alguien le dicen que va a morir en uno o dos días. A esa persona que se le dice que va a morir, no quiere perder el detalle de cualquier cosa que haga, sin importar cuál sea este. A una persona que se le anuncia la muerte, ve cada cosa como si fuese la última vez, como única y especial. Es como si te dijeran que puedes morir en cualquier instante.

Así es como se atiende una vida, al igual que en la experiencia de una "carrera consciente". Ocurre entonces que cada instante en que no se muere, se vive lo suficiente con la plenitud de dar un paso y una zancada más para avanzar hasta el final. 

© 2016 Alexandre Suarez. Terapeuta, Instructor en Mindful Running y Coaching Outdoor
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